Algunos de los mosaicos griegos más antiguos que se con- o servan están hechos a base de pequeños cantos rodados sin alisar, de modo que presentan a la vista una superficie de textura granulada. La tesela es un invento de los mismos griegos. Para hacer las teselas de mármol o de piedra de color, se cortaba el material en finas láminas, luego en tiras y después en cubos. Para obtener las teselas de vidrio fundido (que podía teñirse añadiéndole diferentes óxidos de metal) se vertía éste encima de una superficie lisa para que se enfriara y se endureciera. Después, con una herramienta afilada, la lámina de vidrio coloreado era cortada en tiras y luego en cubos.
Las teselas de oro y plata se obtenían colocando pan de oro o plata encima de una lámina de vidrio de tono pálido. La superficie se cubría con un frit (capa fina de vidrio empolvado) y se calentaba en un horno para sellar el oro y la plata entre las capas de vidrio. A continuación se dividía la lámina en cubos.
Con teselas minúsculas consiguieron precisar y afinar aún más el trazo en temas que lo exigían, como en los retratos, o en las representaciones de escenas humanas o animales, llegando al extremo de utilizar pequeños fragmentos de hilo de vidrio a modo de teselas miniatura para reflejar detalles delicados de dibujo.
El uso de la técnica del mosaico para cubrir suelos exigía como condición el empleo de materiales duros y resistentes al paso de los caminantes. Este hecho le ha otorgado al mosaico su carácter duradero, su aspiración a eterno, y ha dado pie a que se conserve tan gran cantidad de muestras de la época.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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