• Con un molde, o compás, delinear desde el centro del vidrio el grosor que queremos dar al marco.
• Trazar, con el mismo rotulador, una línea sinusoidal que re- z corra todo el centro del marco proyectado, y que tenga, 0 aproximadamente, el espesor de las venecitas blancas (2 cm.o 2,5 cm).
• Pegar, con adhesivo siliconado las venecitas blancas sobre 0 el camino que hemos trazado. ro
• Cortar, con el alicate o el cortavidrios, las venecitas de color contrastante (sugerimos tonos púrpura o azul oscuro por la mitad, para que queden rectángulos de la mitad de anchos que las venecitas guía. Pulirlas con lija o pulidora eléctrica, de modo de que sus bordes queden prolijos.
• Pegar los rectangulitos, a ambos lados de las venecitas blancas.
• Rellenar el espacio sobrante con trocitos de azulejos de descarte de colores celestes, azules y lilas, pegándolas con el mismo pegamento siliconado y dejando un espacio de 2 mm. entre cada una de ellas.
• Rellenar con pastina color blanco.
• Limpiar con trapos y limpiar el vidrio del espejo con el limpiador de vidrios de uso doméstico.
• Añadir el ganchito o la cadenita detrás del espejo, pegándolas con la masilla epoxi de dos componentes.
Nuestro espejo ha quedado finalizado. Con esta sencilla técnica podemos decorar marcos de ventanas, de pinturas, puertas, etc, con el simple añadido de nuestra imaginación.
jueves, 15 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario